¿Por qué estrechamos las manos para saludar?
La costumbre de estrechar las manos a manera de saludo data de los días en que las personas solían habitar en pequeñas comunidades aisladas y el contacto con el mundo exterior era escaso.
Cuando aparecía un extraño, usualmente, se le percibía como una amenaza y, con el fin de dejar claro que no tenía intenciones agresivas y generar un nivel básico de confianza, el visitate indicaba que no llevaba armas estrechando la mano del otro.
Con el paso del tiempo y el uso de espadas y puñales, en la Edad Media, estrechar las manos se convirtió en un modo de enseñar que no se llevaban armas bajo la ropa.